Separación de la propiedad de la gestión del activo

En 2010 se produce el colapso de una sociedad inmobiliaria que era propietaria de hoteles y campos de golf. Las entidades financieras eran reacias a asumir los activos debido al riesgo adjunto a los activos de actividad hotelera, personal laboral, mantenimiento y gestión del activo, etc.

Para solucionar ese problema, se creó un proyecto de reestructuración por el que se dividía la propiedad del activo de la gestión del mismo, adjudicándose las entidades financieras la propiedad física del activo y adquiriendo una sociedad tercera la actividad hotelera. Asimismo se estableció un sistema de contragarantías a través de opciones que facilitan la limitación de riesgo para ambas partes en el caso de incumplimientos de los acuerdos para la adquisición de activos o que no se cumplan determinados objetivos de actividad.

Con esta operación se consiguió reducir el riesgo a las entidades financieras en la adjudicación de activos hoteleros, su puesta en funcionamiento con una gestión profesionalizada y la puesta en valor del activo y del resto de activos turísticos anejos a la explotación hotelera que se han puesto en explotación y comercialización, favoreciendo su futura venta.